sábado, 12 de noviembre de 2011

El arte es dar vida a algo, no quitarla.


Juega a ser la muerte, se viste de rosa
y saluda al destino alzando su izquierda.
Con la derecha sujeta, si no otra cosa, su arma,
oculta tras un manto del color de la sangre y la vida.

¡Aquí estoy! Piensa, y ¡Ole! gritan desde arriba
y se pasea por la plaza, como bailando.
Sus huellas en la arena marcan el principio,
de un final que se sospecha de óbito escarlata.

¿Oyes los vítores y aplauss? Son los reos,
tan convictos de tal gala como el otro.
Y sale, así, la fiera galopante y el portón se cierra
¿Por qué teme entonces la fiera, si es tan fiera?

¡El arte comienza! ¡Qué disfrute!
El cuero del animal hace de lienzo
y las banderillas ¿Qué otra cosa serían, sino punzones?
y chorrean gotas de vida, y mojan la arena ¡Y así dibujan!

Con su disfraz de parca, otra vez saluda,
orgulloso, sobervio ¿Me veis? ¡Arrebato lo que es suyo
a un ser viviente! y yo pienso ¡Claro!
¿Quién enseñó a la fiera a defenderse?

El circo de la muerte, ingenuo arte,
entre animales salvajes y otros salvajes.
Artistas que no disfrutan de la dicha de dar vida,
artistas que son dichosos cuando esa vida, la quitan.

Espera.... ¿Dije artistas?

viernes, 7 de octubre de 2011




"Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida. Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían".

Jonas Salk (1914-1995- Inventor de la vacuna de poliomelitis)

miércoles, 31 de agosto de 2011

Derecho a ser madre/padre ¿Válido para todos?


Para ejercer cualquier tipo de profesión, especialmente aquellas que consisten en “dar forma”, "edificar", “construir”, se necesita de una ardua formación y preparación académica: arquitectos, carpinteros o diseñadores, lo hacen con la materia, y son un claro ejemplo de ello. Los maestros, pedagogos o psicólogos, lo hacen con las personas, y también lo son. Éstos últimos, además de su trabajo, deben hacer, asimismo, la labor de madres/padres, lo que los obliga a recibir los conocimientos consiguientes. De este forma, para poder llevar a cabo su trabajo (muchas veces desprestigiado) han tenido que estudiar durante años. Es más, por muy grande que sea la vocación de una persona para realizar una determinada actividad (pintores, escritores, escultores, bailarines, matemáticos, etc.) necesitan ser alumbrados y ayudados por otros para pulirse (la formación autodidacta también entra dentro de esta opción, porque los libros, vídeos o cuadernos de ejercicios también fueron elaborados por otros). Por si fuera poco, aquellas persona que no pueden tener hijos y deciden adoptar, deben cumplir con grandes exigencias a nivel económico, cultural y familiar para que les sea permitido encargarse de la educación de niños que ni siquiera fueron engendrados por ellos, con un seguimiento constante durante bastante tiempo que asegure que lo están haciendo bien.

Sin embargo, a los adultos que tienen sus propios hijos (que muchas veces ni siquiera pueden considerarse adultos, ya sea por su edad o grado de madurez) no se les exige ningún tipo de requisito ¿Es eso justo para el nuevo ser o criatura humana que está en camino? Quiero decir, ¿Somos todos igualmente válidos para educar sanamente a un nuevo ser humano? ¿No sería conveniente plantearse la posibilidad de que para ser madre/padre fuese necesario recibir una mínima formación pedagógica? Es decir, ¿Un curso que enseñe a los progenitores, en este mundo tan antinatural, a brindarle a sus hijos una educación psicológicamente sana y feliz? ¿Un titulo  que los avale como capacitados para ejercer como madre/padre? Porque aunque esto debiera ser algo natural, actualmente, y dado las exigencias que supone vivir, no es una tarea nada fácil.

Digo esto, porque cada vez son más los seres humanos traumatizados, prejuiciados o emocionalmente incapacitados, por culpa de unos padres que no estaban preparados para serlos. Padres que no dedican tiempo a sus hijos, que no hablan con ellos, que no los conocen, pero sin embargo los consideran propios (de su propiedad). Padres que solo saben imponerse, sin tener en cuenta la opinión o parecer de sus retoños, que no saben ponerse en su lugar, que los maltratan en lo físico o psicológico (eso sí: “por su bien”). Padres que no saben dar cariño, contener, comprender, que no saben sancionar (que no es castigar) de la forma correcta, que hacen la suya sin guiar a sus hijos para luego quejarse de la independencia y malas formas de los mismos.



En las noticias salen constantemente violadores, ladrones, asesinos, personas que dañan a otras, a edades cada vez más tempranas. Sin embargo, teniendo en cuenta lo anterior ¿No es lo más lógico?. La única solución que se ha dictaminado es reducir la ley que protege al menor para que estos puedan ir antes a la cárcel o cumplir una condena. Pero ¿Nadie ha pensado cual suele ser el perfil de estos chicos problemáticos, e incluso de los más peligrosos asesinos? Si, así es: “Padres de mierda con infancias de mierda."

¿Es que acaso nadie tiene en cuenta eso?, ¿Por qué no se buscan, entonces, soluciones factibles?. Y es que una persona se vuelve mala cuando no recibe afecto o atención. Especialmente, cuando no se siente amada y apreciada. Aunque pueda haber excepciones, en la mayor parte de los casos, la culpa y mayor responsabilidad de esos daños es de los progenitores, que pensaron que tener un hijo era como tener una mascota a la que solo le hace falta cobijo, comida y ropa. Marionetas o muñecos que no tienen derecho a opinar “mientras vivas bajo mi techo”.



Luego se quejan de como está la sociedad, de como va el mundo. Una sociedad en la que la televisión, los video-juegos, y pocas veces, aunque también, los libros y películas, son los nuevos padres, ya que, parece ser, que no todos los progenitores están capacitados para serlo...

Nuestra antigua vida de superhéroes



¿Quién no recuerda el entusiasmo con el que, siendo pequeños, comenzábamos un nuevo día? Nos encantaba madrugar y cada amanecer era como el principio de una nueva aventura. Sentíamos que la magia nos envolvía, que al finalizar el día descubriríamos algo nuevo y maravilloso. 

Si. Era el tiempo en el que nada parecía imposible, en el que eramos capaces de todo. Confiábamos en nosotros mismos y, por supuesto, en nuestros súper poderes.

Muchos escalábamos árboles y luego lográbamos bajar sin apenas un rasguño, contábamos hasta diez y el semáforo se ponía en verde, hacíamos equilibrio sobre las vallas que cercaban los jardines sin pisar el suelo, saltábamos desde los columpios cuando estaban en movimiento, lográbamos encanastar la pelota con los ojos cerrados y hacia atrás; siempre adivinábamos la mano en la que se escondía la canica y sobre todo, pedíamos deseos que se terminaban cumpliendo. 


Sin embargo, a medida que crecíamos nuestros poderes parecían desvanecerse. Como mamá y papá ya nos habían repetido millones de veces terminamos cayendo de aquel árbol al que en otras tantas oportunidades habíamos subido sin problemas; el semáforo ya no obedecía nuestras ordenes, ahora sabíamos que era un sistema de tráfico programable y que nuestra voluntad de nada servía para que cambiase antes o después; la valla del jardín era demasiado alta y al mirar al suelo nos daba un poco de vértigo; saltar de los columpios también parecía peligroso y un esguince de tobillo terminó confirmándolo; nuestra puntería a canasta pareció perderse y ya muy pocas veces lo lográbamos; ni hablar de adivinar la mano en la que se escondía la canica, pero sobre todo, lo que más nos apenaba, era que nuestros deseos ya no se cumplían como antes ¿y si tenían razón aquellos que decían que lo milagroso era solo casualidad? ¿y si la magia, realmente, no existía?

Hoy, a poco les gusta madrugar como antes. ¿Acaso lograremos vivir algo nuevo y diferente? Se preguntan. ¿Conseguiremos cumplir con algo en lo que tantas otras veces hemos fracasado? 

Si, es aquí donde el súper héroe de antes, se transforma en un mero mortal “No puedo cambiar las cosas que no me agradan” “Tengo miedo de intentar hacer eso” “soy victima del sistema“ “los milagros no existen” “la magia no existe”


Cuando nos autoconvencemos de todo lo expuesto, desgraciadamente, comienza a cumplirse al pie de la letra. Pero ¿Por qué? ¿Qué es lo que ha cambiado? 

Si, así es, la FE...

La fe es el motor de la creación, por lo que cualquier irregularidad en la fe en un acto mágico lo desbarata. ¿Qué sería de los trapecistas de circo que dudan de su capacidad para dar una voltereta perfecta en el aire y agarrarse al trapecio en el que milésimas de segundos antes se encontraba su compañero? ¿como logran los yoguis de la india caminar sobre brasas sin quemarse, sentarse sobre pinchos de acero sin sangrar, aguantar la respiración bajo el agua tiempos imposibles e incluso flotar varios centímetros del suelo? ¿Y de los que realizan artes marciales consiguiendo caminar por las paredes, saltar de un tejado a otro o realizar piruetas no apta para todos los públicos? 

Pagamos para ver a todas estas personas que aparentemente nacieron con un don que nosotros no. Pero ¿Realmente no somos capaces? ¿Será que estos poderes solo se encuentran en unos pocos que fueron elegidos aleatoriamente? O ¿Será, quizás, que no tenemos la suficiente fe para lograrlo? 


sábado, 20 de agosto de 2011

¿Qué hacemos?


DESPIERTA



Tú. Despierta. Necesitamos tu ayuda.
Explota la burbuja en que te encuentras
¿Percibes ya la realidad?

Si,
aquí

donde la tierra grita y se retuerce,
donde las aguas golpean las cimas de las montañas,
donde el viento logra elevar las rocas,
donde el cielo derrama sus amargas lágrimas.

¡Eh!
¿Puedes vernos?

Las llamas vistieron los bosques de luto
los mares también se tiñeron de negro
el astro rey tortura nuestras pieles
no se conoce otra cosa que el miedo

Dinos
¿Qué hacemos?

La arena seca esterilizó nuestros suelos
la especie teme la reproducción
el oro partió nuestros dientes, y el hambre
parece no tener solución.

¿Quién te coronó señor de la tierra?
¿Quién dio voto democrático a la naturaleza?